Iglesia de Cristo de Caballito

Desde el centro de la ciudad, una luz a las naciones

LST
Logo IDCC

Vida Eterna

EL PUENTE A LA VIDA

La Biblia enseña que Dios ama a los hombres y quiere darles una vida abundante. Dios es amor y quiere derramar su amor sobre toda la humanidad. La Biblia dice: “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3.16).
Jesucristo mismo dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10.10). 
Si es verdad que Dios nos ama y quiere que tengamos una vida abundante aquí y ahora, ¿por qué es que la mayoría de las personas no está experimentando esta clase de vida? Seguir leyendo

LST
undefined
LST
LST
LST

¿Qué es la iglesia de Cristo?

LA IGLESIA DE CRISTO. ¿QUÉ SON?

Usted ha oído quizás de las iglesias de Cristo. Probablemente se habrá preguntado: ¿Qué es la Iglesia de Cristo? ¿En que se distingue de tantas otras iglesias que existen hoy en el mundo? ¿Cuál es su mensaje? ¿Cómo se gobierna? ¿Cómo hace sus reuniones de adoración? ¿Qué cree respecto a la Biblia? A continuación se intenta dar una respuesta a esas interrogantes.

 

SON GENTE CON UN ESPIRITU DE RESTAURACIÓN.


Los miembros de las iglesias de Cristo son gente con un espíritu de restauración, es decir, desean restaurar la iglesia del Nuevo Testamento.
El doctor Hans Kung, un bien conocido teólogo europeo, hace unos años publico un libro titulado ¨ La Iglesia ¨. En su libro el doctor Kung lamenta el hecho que la iglesia se haya extraviado de su camino a través de los siglos; que haya sido servilmente sometida a tradiciones humanas, y que haya fracasado como iglesia que cristo quería que fuera.
La única solución, de acuerdo al doctor Kung, es regresar a las Escrituras para poder apreciar la iglesia como era al principio, y recobrar en el siglo XXI, la esencia de la iglesia original. Es precisamente esto lo que las iglesias de Cristo están tratando de hacer.
A fines del siglo XVIII, hombres de diferentes denominaciones comenzaron, independientemente, a estudiar la palabra de Dios en diferentes partes del mundo, y se preguntaban: ¿Por qué no romper las barreras del denominacionalismo e ir mas allá, a la simplicidad y pureza de la iglesia del primer siglo? ¿Por qué no usar solamente la Biblia, y perseverar una vez mas ¨ en la doctrina de los apóstoles ¨? ¿Por qué no sembrar la misma semilla que sembraron los cristianos del primer siglo, y ser como lo que eran ellos, cristianos solamente?
Los restauradores del siglo XVIII estaban haciendo un llamado al mundo religioso cristiano a despojarse de sus practicas denominacionales, a despojarse de credos humanos y a seguir solamente la Biblia.
Su instrucción enfatizaba que nada debía enseñarse a la gente como actos de fe, sino solo aquello que era evidente en las Escrituras.
Ponían en claro que el retorno a la Biblia no significaba el establecimiento de otra denominación, sino el retorno a la iglesia original.
Los miembros de las iglesias de Cristo hoy abrazan con entusiasmo lo propuesto por los restauradores del siglo XVIII. Teniendo la Biblia como nuestra única guía, buscamos en ella la forma original de la iglesia para restaurarla.
No consideramos que nuestro empeño sea un acto de arrogancia, sino todo lo contrario.
Decimos que no tenemos el derecho de demandar la lealtad de los hombres a una organización humana - solo poseemos el derecho de invitar a los hombres a seguir el modelo divino.

 

NO SE TRATA DE UNA DENOMINACIÓN.


Por tal razón, no estamos interesados en los credos de manufactura humana, sino simplemente en el patrón trazado en el Nuevo Testamento. No nos consideramos una denominación - ni católicos, ni protestantes, ni judíos - sino sencillamente miembros de la iglesia que nuestro Señor Jesucristo estableció y por la cual se entregó.
A propósito, esa es la razón por la cual hacemos uso de su nombre. La frase ¨ Iglesia de Cristo ¨ no es usada como una designación denominacional, sino más bien como descriptiva, para indicar que la iglesia pertenece a Cristo.
Reconocemos nuestras faltas y flaquezas individuales - y es por esta causa que con mayor razón queremos seguir cuidadosamente el plan perfecto de Dios para su iglesia.

 

LA UNIDAD DEBE ESTAR BASADA EN LA BIBLIA.


Puesto que Dios deposito ¨ toda autoridad ¨ en Cristo (Mateo 28:18), y puesto que Cristo es hoy el portavoz de Dios (Hebreos 1:1-2), estamos convencidos de que solo Cristo tiene la autoridad para declarar lo que la iglesia debe ser y lo que nosotros debemos enseñar.
Y puesto que es el Nuevo Testamento el que pone en manifiesto las instrucciones de Cristo para sus discípulos, este entonces debe reconocerse en toda enseñanza y practica religiosa. Esto es un principio fundamental entre los miembros de las iglesias de Cristo. Creemos que el Nuevo Testamento es el único medio por el cual podemos conducir a hombres y mujeres a convertirse a Cristo. Creemos que la división religiosa es mala. Jesús oró por la unidad de los creyentes (Juan 17). Mas tarde, el apóstol Pablo rogó que se unieran los que se encontraban divididos en fracciones (1° Corintios 1).
Creemos que la única manera de lograr la unidad es la del regreso a la Biblia. Cualquier tipo de compromiso no podrá lograr la unidad. Y por supuesto que, ninguna persona, ni grupo alguno de persona, tiene el derecho de elaborar las normas a las que todo el mundo ha de someterse. Pero con toda propiedad si se puede decir, ¨ unanomos, siguiendo solamente la Biblia ¨. Esto si es justo. Esto si es seguro. Esto si es correcto. De manera que el llamado a la unidad que las iglesias de cristo hacen esta basado en la Biblia. Creemos que el suscribirse a cualquier otro credo que no sea el Nuevo Testamento, el rehusarse obedecer cualquier mandamiento en el Nuevo Testamento, o el seguir cualquier practica religiosa no contenida en el Nuevo Testamento, es añadir o sustraer a las enseñanzas de Dios. Y ambos el añadir y el sustraer de la palabra de Dios es condenado por las mismas Escrituras (Gálatas 1:6-9; Apocalipsis 22:18-19). Es esta razón por la cual tenemos en las iglesias de Cristo el Nuevo Testamento como nuestra única regla de fe y práctica.

 

CADA CONGREGACIÓN ES AUTÓNOMA.


Las iglesias de Cristo están libres de todas ataduras de la burocracia moderna. No hay mesas directivas de gobierno distrital, ni regional; ni existe organización nacional o internacional - no hay una sede terrenal, ni organización de diseño humano. Cada congregación es autónoma (gobernada por sí misma) e independiente de cualquier otra congregación. La única ligadura que une a las congregaciones es su lealtad común a Cristo y a la Biblia. No hay en las iglesias de Cristo convenciones, ni asambleas anuales, ni publicaciones oficiales. En cambio, las congregaciones sí cooperan en el sostenimiento de orfanatos, asilos de ancianos, trabajos misioneros, etc. Sin embargo, su participación es estrictamente voluntaria por parte de las congregaciones; ninguna persona o grupo elabora reglamentos o hace decisiones a favor de otras congregaciones. Cada congregación es gobernada localmente por una pluralidad de ancianos seleccionados de entre sus propios miembros. Estos deben ser hombres que llenen los requisitos para su ministerio que se especifica en 1° Timoteo 3 y Tito 1. También existen diáconos en cada congregación. Ellos también deben ser hombres capacitados de acuerdo a las especificaciones bíblicas de 1° Timoteo 3.

 

ACTOS DE ADORACIÓN.


El servicio de adoración en las iglesias de Cristo se centra en cinco actos, los mismos que observamos de las iglesias del primer siglo. Creemos que es importante seguir el modelo bíblico. Jesús dijo: ¨ Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren ¨ (Juan 4:24). De estas declaraciones del Señor aprendemos tres cosas: 1) Que nuestra adoración debe ser dirigida al objeto correcto - Dios. 2) Que debe ser el resultado de un espíritu sincero. 3) Que debe estar en armonía con la verdad. Adorar a Dios en conformidad con la verdad, es adorarle conforme a su palabra, porque su Palabra s verdad (Juan 17:17). Por consiguiente, no podemos incluir ninguna ordenanza que no este en su palabra. En asuntos de religión debemos movernos por fe (2° Corintios 5:7). Puesto que la fe viene por el oír la palabra de Dios (Romanos 10:17), cualquier cosa no autorizada por la Biblia, no puede ser practicada por fe... y todo aquello que no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:23) Los cinco actos de adoración practicados por la iglesia del primer siglo eran cantos de alabanzas, oración, predicación de la Palabra, ofrenda, y la participación de la Cena del Señor.

 

EL CANTO DE ALABANZA ES A CAPELLA.


Una de las cosas que con mayor frecuencia nota la gente en las iglesias de Cristo es la ausencia de instrumentos musicales en su adoración. En efecto, el canto a capella es la única música que se usa en la adoración. La razón, expuesta en forma sencilla es esta: deseamos adorar a Dios en conformidad con el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento no incluye la adoración con instrumentos musicales; por consiguiente, nosotros también creemos que es correcto y seguro que tampoco los incluyamos en la adoración. Si lo usáramos, estaríamos haciendo algo que el Nuevo Testamento no autoriza. Hay 8 versículos en el Nuevo Testamento que hablan respecto al tema de la música en la adoración. Estos son: ¨ Y cuando hubieron cantando el himno, salieron al monte de los Olivos ¨ ( Mateo 23:30). ¨ ... pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios ... ¨ (Hechos 16:25). ¨ Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre ¨ (Romanos 19:9). ¨ ...cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento ¨ (1° Corintios 14:15). ¨ ... antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones ¨ (Efesios 5:18-19). ¨ La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales ¨ (Colosenses 3:16). ¨ Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré ¨ (Hebreos 2:12). ¨ ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas ¨ (Santiago 5:13). En cada uno de los pasajes citados se hace notoria la ausencia de cualquier instrumento musical. Históricamente, los instrumentos musicales no se introdujeron en la adoración sino hasta el siglo seis de nuestra era, y su practica no se generalizó sino hasta el siglo XVIII. A la música instrumental en la adoración se opusieron fuertemente lideres religiosos, debido a su ausencia en el Nuevo Testamento.

 

LA CENA DEL SEÑOR SE OBSERVA SEMANALMENTE.


Lo que nosotros celebramos cada primer día de la semana y que llamamos la Cena del Señor, fue instituida por Jesús la noche anterior a su traición (Mateo 26:26-28). Los primeros cristianos la observaban en memoria de la muerte de su Señor (1° Corintios 11:24-25). Los elementos de la Cena del Señor - pan sin levadura y el fruto de la vid - representan el cuerpo y la sangre de Jesús (1° Corintios 10:16). Las iglesias de Cristo participan de la Cena del Señor cada primer día de la semana. Otra vez, nuestra razón para esta práctica se centra en nuestra determinación en seguir las enseñanzas del Nuevo Testamento, el cual nos dice, respecto a la Cena del Señor: ¨ El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan ... ¨ (Hechos 20:7). Algunos han objetado que el texto de Hechos 20:7 no especifica el primer día de la semana; o sea, no lo define como el día en que deba celebrarse la Cena del Señor. Hay razón en esto - así como el mandamiento de guardar el sábado no especifica si era cada sábado el que debía guardarse. El mandamiento se concentraba a esto simplemente: ¨ Acuérdate del día de reposo para santificarlo ¨ (Éxodo 20:8). Sin embargo los judíos entendieron que el mandamiento hacia referencia a cada sábado. Así también nosotros entendemos que ¨ el primer día de la semana ¨ implica el primer día de cada semana. Por otra parte, historiadores bien reconocidos y respetados, como Neander y Eusebio, nos informan que los cristianos en los siglos primeros de nuestra era participaban de la Cena del Señor cada domingo.

 

REQUISITOS DE AFILIACIÓN.


¿Cómo puede uno hacerse miembro de la iglesia de Cristo? ¿Cuáles son los requisitos? Las iglesias de Cristo no hablan de afiliación en términos de alguna fórmula a la que el individuo deba someterse como requisito para ser aceptado en la iglesia. El Nuevo Testamento traza los pasos que siguieron aquellos individuos que en el principio de la iglesia se convirtieron al cristianismo. Según el Nuevo Testamento, cuando una persona sé hacia cristiana, ésta automáticamente venía a ser parte de la iglesia. El día en que la iglesia tuvo su inicio, aquellos que se arrepintieron y se bautizaron fueron salvos (Hechos 2:38). Y desde aquel día en adelante todo aquel que era salvo era añadido a la iglesia (Hechos 2:47). De acuerdo a este pasaje, era Dios quien añadía los cristianos a la iglesia. De manera que, tratando de seguir el método así establecido, nosotros ni votamos antes de admitir a una persona a la iglesia, ni forzamos a través del cumplimiento de un programa de estudio riguroso. No tenemos más que demandarle, sino completa obediencia y sumisión a su Salvador. Las condiciones para el perdón del pecador que enseña el Nuevo testamento son como sigue: 1) Que uno oiga el evangelio, porque ¨ la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios ¨ (Romanos 10:17). 2) Que uno crea, ¨ Porque sin fe es imposible agradar a Dios ¨ (Hebreos 11:6). 3) Que uno se arrepienta de sus pecados, porque Dios ¨ manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan ¨ (Hechos 17:30). 4) Que uno confiese a Jesús como Señor de su vida, pues él dijo: ¨ A cualquiera, pues, que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que esta en los cielos ¨ (Mateo 10:32). 5) Y que uno sea bautizado para la remisión de sus pecados, porque el inspirado apóstol Pedro nos dice: ¨ Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados ... ¨ (Hechos 2:38).

 

ESPECIAL ÉNFASIS EN EL BAUTISMO.


Las iglesias de Cristo hacen especial énfasis en la necesidad del bautismo. Sin embargo, ese énfasis no implica una ¨ ordenanza eclesiástica ¨, sino más bien un mandamiento de Cristo. El Nuevo Testamento enseña que el bautismo es un acto esencial para nuestra salvación (Marcos 16:16; Hechos 2:38; Hechos 22:16). Nosotros no practicamos el bautismo de infantes porque el Nuevo Testamento nos enseña que el bautismo es solamente para todo aquel pecador que, arrepentido, se vuelve al Señor por fe en su poder salvador. La única forma de bautismo practicada en las iglesias de Cristo es la inmersión. La palabra griega de la cual deriva nuestra palabra bautismo quiere decir ¨ sumergir, zambullirse ¨. Y las Escrituras siempre hacen referencia al bautismo como una sepultura (Hechos 8:35-39; Romanos 6:3-4; Colosenses 2:12). El bautismo es muy importante porque el Nuevo Testamento establece la siguiente diversidad de propósitos para los cuales se hace: 1) Se hace para entrar al reino de Dios (Juan 3:5) 2) Se hace para entrar en contacto con la sangre de Cristo (Romanos 3:3-4) 3) Se hace para que uno sea revestido de Cristo (Gálatas 3:27) 4) Se hace para salvación (Marcos 16:16; 1° Pedro 3:21) 5) Se hace para remisión de pecados (Hechos 2:38) 6) Se hace para que uno sea lavado de sus pecados (Hechos 22:16) 7) Se hace para que uno pueda pertenecer a la iglesia (1° Corintios 12:13; Efesios 1:23) Puesto que Cristo murió por los pecados de la humanidad entera y su invitación a participar en su gracia salvadora es universal (Hechos 10:34-35; Apocalipsis 22:17), nosotros no creemos en la predestinación para salvación o condenación de nadie. Algunos, haciendo uso de su libre voluntad, aceptarán por fe a Cristo, le obedecerán y serán salvos. Otros en cambio le rechazarán y se condenarán (Marcos 16:16). Estos últimos no se habrán perdido porque hayan sido marcados de antemano para su condenación, sino porque esa fue su decisión. El cualquier lugar del mundo que se encuentre usted ahora, esperamos que su decisión sea la de aceptar la salvación que Cristo le ofrece, por fe en su poder salvador, se entregue en obediencia a él y se convierta usted en un fiel miembro de la iglesia de su Señor. ¨ Os saludan todas las iglesias de Cristo ¨ Romanos 16:16

Como Comenzar la Vida Eterna

EL PUENTE A LA VIDA

La Biblia enseña que Dios ama a los hombres y quiere darles una vida abundante.

Dios es amor y quiere derramar su amor sobre toda la humanidad.

LA BIBLIA DICE...

“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3.16).

Jesucristo mismo dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10.10).

Si es verdad que Dios nos ama y quiere que tengamos una vida abundante aquí y ahora, ¿por qué es que la mayoría de las personas no está experimentando esta clase de vida?

Es porque EL HOMBRE ESTÁ SEPARADO DE DIOS.

Dios creó al ser humano a su imagen y le dio una vida abundante. Pero no lo hizo como un robot para que automáticamente amara y obedeciera a su Creador, sino que le dio libre albedrío, es decir, una voluntad propia, la capacidad de elegir (Génesis 1.26).

El hombre por su propia voluntad eligió desobedecer a su Creador, así rebelándose contra Dios. Decidió seguir su propio camino egoísta en vez de seguir el camino de Dios. Los seres humanos siguen haciendo lo mismo hasta el día de hoy. El resultado es la separación entre el hombre y Dios (Génesis 3.4-6, 23-24).

 LA BIBLIA DICE...

“Pues todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios” (Romanos 3.23).

“Sus iniquidades han hecho división entre ustedes y su Dios” (Isaías 59.2).

A través de las edades, el hombre, separado de Dios, ha intentado de muchas maneras construir un puente entre sí mismo y Dios...

¡PERO SIN ÉXITO!

ESTA SEPARACIÓN NOS LLEVA A LA MUERTE ESPIRITUAL (LA SEPARACIÓN DEFINITIVA DE DIOS) Y NO NOS PERMITE VIVIR LA VIDA ABUNDANTE QUE DIOS QUIERE QUE VIVAMOS.

LA BIBLIA DICE...

“Lo único que el pecado da como pago es la muerte...” (Romanos 6.23a).

Dios nos ama como un buen padre, pero como un juez justo tiene que castigar al pecado. (Génesis 18.25; Romanos 11.22). 

Los que rechacen a Cristo recibirán el justo castigo de Dios:

“Vendrá para castigar a los que no reconocen a Dios ni obedecen las buenas noticias acerca de nuestro Señor Jesús. Estos serán castigados con destrucción eterna, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder, (2 Tesalonicenses 1:8-9). 

LA SOLUCIÓN DIVINA PARA LA SEPARACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y DIOS ES LA CRUZ Y LA RESURRECCIÓN DE CRISTO.

Cuando Jesucristo murió en la cruz, Él recibió el castigo que nosotros hemos merecido por nuestros pecados; luego resucitó para ofrecernos la posibilidad de iniciar una vida abundante. Así pudo Jesús construir el único puente eficaz sobre el abismo que nos separa de Dios. Solamente por medio de Cristo podemos encontrar un camino al Padre y la vida eterna.

“Pero Dios nos da pruebas de su amor, en que Cristo murió por nosotros aunque éramos todavía pecadores” (Romanos 5.8).

“Jesús le contestó: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre’ ” (Juan 14:6).

“Porque Cristo mismo sufrió la muerte por nuestros pecados una vez y para siempre. Cristo no era culpable y aun así murió por los que sí lo eran, para poder llevarlos a ustedes ante Dios. Lo mataron, pero volvió a la vida por medio del Espíritu” (1Pedro 3.18 ).

 

1) Creer (tener fe) que Jesús murió y resucitó, que Él es el Hijo de Dios. Su muerte en nuestro lugar y su resurrección son pruebas de que Él es el Único que puede salvarnos de la separación de Dios producida por nuestros pecados. Su victoria sobre la muerte es además la evidencia de que Él volverá para juzgar al mundo. Tener fe en Jesús nos prepara para entregarle nuestras vidas, así como Él se entregó por nosotros (Juan 1.12-13 y 3.3-16; Romanos 4.23-25; Gálatas 3.26-27, Hechos 17.31).

 

 

2) Arrepentirse. Creer en Jesús nos plantea cambios. Además de creer, arrepentirse significa emprender un cambio en la manera de pensar y vivir: dar la espalda a la vida egoísta que se rebela contra Dios para someterse a la autoridad de Jesucristo (Hechos 2.38-39). Sin este arrepentimiento, no es posible dar los pasos siguientes.

 3) Confesar la fe en presencia de testigos. Estar dispuesto a reconocer a Cristo como Señor delante de los demás (Romanos 10.9, 1 Timoteo 6.12) Así invocamos el "nombre del Señor" en el momento de nuestra entrega en el "nombre de Jesucristo" (Hechos 2.21, 2.38) al bautizarnos.

 4) Nacer de nuevo (bautizarse). Dicha confesión ante testigos es un paso previo a participar espiritualmente en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Colosenses 2.12.13).

En breve, el hombre tiene que dar espaldas a su vida errada y, deseando apartarse del pecado, entregar el gobierno de su vida a Cristo. Usted mismo puede tener la seguridad de la salvación eterna de su alma y una vida nueva en la tierra.

¿COMO PARTICIPAR EN LA MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCIÓN DE CRISTO?

Creyendo de todo corazón en Jesús como el Hijo de Dios que murió y resucitó para salvarnos, y estando arrepentido de los pecados después de haber confesado su fe ante testigos, usted debe ser sumergido en agua, imitando y participando espiritualmente en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Así, Dios le perdonará sus pecados y le dará su Espíritu Santo. De esta manera Dios lo adoptará en su familia espiritual, la iglesia (Hechos 2.38-39, 41-42, 47).

Bautizarse proviene de una palabra griega que quiere decir “sumergirse”; bautismo significa “inmersión “...por medio del bautismo fuimos enterrados junto con Cristo y estuvimos muertos para ser resucitados y vivir una vida nueva...” (Romanos 6.4). 

El bautismo bíblico significa un nuevo comienzo en esta vida. Es el verdadero “nacer de nuevo” espiritual. Es el paso definitivo de la fe por la cual comenzamos la nueva vida.

Quisiéramos ayudarlo a realizar este paso tan necesario para su salvación.

 DESPUÉS de haberse entregado a Dios en el bautismo, usted debe:

1) Leer su Biblia todos los días para que pueda conocer mejor a Dios creciendo en fe y obediencia.

2) Charlar con Dios en oración todos los días. Orar no consta de repetir rezos aprendidos de memoria. Charle con su Padre celestial así como charlaría con un íntimo amigo.

3) Compartir con los demás su maravillosa experiencia diaria con Jesús.

4) Seguir en comunión con otros cristianos en este camino nuevo, reuniéndose con ellos cada domingo.

 Estos hábitos desarrollan la perseverancia de una vida fiel a Jesús, lo que nos asegura la vida eterna.

“Pero sigue fiel hasta la muerte, y yo le daré la vida como premio” (Apocalipsis 2.10).

 LA BIBLIA DICE...

Pedro les dijo: “Cambien su manera de pensar y de vivir y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo. Así Dios les perdonará sus pecados y recibirán el Espíritu Santo como regalo. Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los que el Señor nuestro Dios quiera llamar”. Pedro les advirtió de muchas maneras y les pidió con insistencia: “¡Sálvense de esta generación perversa!”

Entonces los que hicieron caso a su mensaje fueron bautizados. Ese día se unieron al grupo de creyentes más de tres mil personas. Ellos estaban dedicados a aprender lo que los apóstoles enseñaban. Compartían lo que tenían, comían y oraban juntos.

Los creyentes, compartían el mismo propósito, cada día solían dedicar mucho tiempo en el área del templo y comían juntos en las casas. Compartían la comida con sencillez y alegría, alababan a Dios y todo el pueblo los estimaba mucho. Cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos (Hechos 2.38-42, 46-47).

Esta promesa es para. “Todos los que el Señor Nuestro Dios quiera llamar....” (Hechos 2.39). 

Le hacemos llegar esta invitación a conocernos personalmente, asistiendo a nuestra Reunión Dominical, a un Grupos Hogareños o a una clase de entre semana.

También puede escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., realizar nuestros cursos en línea en cursos.iglesiadecristo.org.ar, o retirar estudios impresos del local de la iglesia:

Repetto 225, (1405) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Donde Estamos.

Nuestros cursos y materiales de estudio son gratuitos.

La Iglesia de Cristo

Las Iglesias de Cristo integran un movimiento que busca remontarse a los orígenes del cristianismo, limitándose únicamente a las enseñanzas de la Biblia en todo lo referente a la doctrina y la vida cristianas, dejando de lado las tradiciones humanas.

Por este motivo uno de los primeros lemas que ha distinguido a las Iglesias de Cristo es “hablar donde la Biblia habla y callar donde la Biblia calla”. De esta manera, se buscó, y se busca aún, “restaurar” el cristianismo, volviendo a las fuentes originales para recuperar la auténtica fe en Jesús. --Este anhelo de restauración del cristianismo en su forma más sencilla ha dado lugar a la idea de ser “únicamente cristianos, pero no los únicos cristianos...” y, de este modo lograr la unión de los creyentes en Cristo. Esta meta a su vez ha dado lugar a distintas conclusiones doctrinales que identifican al movimiento, como puede apreciarse en el siguiente enlace: Más información acerca de las Iglesias de Cristo.

 

 Estudio de la Biblia.

 Actualmente, como desde un principio lo fue, uno de los puntos destacados de las Iglesias de Cristo es el estudio de las Sagradas Escrituras, cuyas enseñanzas están aún vigentes en el siglo veintiuno. Para conocerlas, usted encontrará en este sitio web la posibilidad de acceder a un curso gratuito: "Introducción al mensaje de la Biblia”.

La Iglesia de Cristo en el mundo.

Las Iglesias de Cristo se han diseminado por todos los continentes. África es el que cuenta con la mayor cantidad de miembros, seguido por Norte América. Si usted busca alguna congregación en otro país, es posible que podamos facilitar información en cuanto a direcciones conocidas, escribiendo a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Existen Iglesias de Cristo en la Argentina en la Capital Federal, y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza, Tucumán y otras más. Algunas están radicadas desde comienzos de la década de los sesenta. En el enlace que se muestra a continuacion puede acceder a una lista parcial de ellas: Algunas Congregaciones en Argentina.

La congregación de Caballito comenzó en 1985 y se reúne en la actualidad en la calle Repetto 225, frente a la estación ferroviaria de Caballito (Donde Estamos

 

Continuar leyendo

Nuestro Compromiso

Edificación

Guiados por el Espíritu de Dios y Su Palabra, oramos para ser una iglesia fuerte y unida en Cristo Jesús que practica el amor, el respeto y el perdón mutuo, bajo un liderazgo bíblico con ancianos, diáconos, evangelistas y maestros; buscando que cada miembro utilice sus dones para la edificación del cuerpo y que cada persona, matrimonio y familia se fortalezca en la fe, en el conocimiento y en la práctica de la Palabra de Dios.

Benevolencia

Queremos ayudar en lo posible a los menos afortunados primeramente a miembros y luego a la comunidad dando dirección para mejorar su situación espiritual y material.

Evangelización

Buscamos honrar a nuestro Creador basándonos en la sana doctrina, llevando el mensaje de Cristo con fuerza por todos los medios posibles, pública e individualmente desde Caballito y hasta donde Dios lo disponga.

Grupos Hogareños

¿De qué se trata?

 Los GH (grupos hogareños) de la iglesia de Cristo de Caballito tienen como finalidad llevar a la práctica el compromiso de  la congregación. Esto incluye la creación de oportunidades para que cada miembro cuente con el apoyo de otros hermanos, teniendo por ejemplo con quienes orar durante la semana. Por lo tanto, los encuentros GH son momentos de comunión para nuestra familia espiritual. La iglesia es una comunidad, la cual se experimenta por medio de pequeños grupos. “Por lo tanto,  ustedes ya no son extraños ni extranjeros,  sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2.19).

Pautas de Grupos

1. No perder de vista el propósito. Además de la asamblea dominical en que se toma la Cena del Señor, el Nuevo Testamento contiene ejemplos de reuniones en las casas de los miembros (Hechos 2.46, 5.42, 20.20). Es probable que, en estos momentos de comunión hogareña se experimentaba parte de la unidad que convence al mundo acerca de Jesús. Nuestro Señor pidió al Padre que sus discípulos fueran “uno solo” para que el mundo creyera en Él (Juan 17.20-21); la unidad evidenciada en el compartir de los primeros cristianos “en el templo y en las casas” creó el ambiente necesario para alabar a Dios y traer la “aprobación del pueblo”. De esta manera la primera comunidad cristiana crecía (Hechos 2.46-47). Este es el ambiente de unidad, alabanza y oración necesarias para lograr nuestro compromiso de ser una iglesia fuerte, que lleva el mensaje de Cristo a los demás.

 2. Confidencialidad. Respetamos la confidencialidad. Puesto que el motivo del grupo es encontrarse como cuerpo de Cristo con el Señor, a veces surgen temas personales que no mencionaríamos salvo en un grupo de hermanos que buscan a Dios. Lo privado que se comenta en el grupo no se difunde afuera.

3. Oración. Oramos unos por otros. Los grupos hogareños proveen un momento donde todo hermano puede encontrar a quienes lo apoyan en oración.

4. Escuchar. “Todos deben estar listos para escuchar, lentos para hablar y para enojarse, pues la ira humana no produce al vida justa que Dios quiere…” (Santiago 1.19-21). Este párrafo se refiere primeramente al escuchar la Palabra de Dios. Además, mientras más personas haya en un grupo, más tiempo pasará cada uno escuchando a los demás. Para poder orar adecuadamente por las necesidades, esforcémonos todos a escuchar, dándole oportunidad a cada uno a expresarse y siendo “lentos para hablar”. Primero escuchemos.

5. Gastos. Los miembros del grupo se hacen cargo de los gastos involucrados en la reunión (como por ejemplo, comida).

6. ¿A quiénes podemos invitar? A hermanos de la congregación y a visitas. Invitamos al grupo a aquellas personas que invitaríamos a nuestra propia casa. En otras palabras, si uno dudaría en invitar a una visita por seguridad u otros motivos a su propia casa, tampoco debería invitarla al grupo.

7. Clarificamos los objetivos. Si invitamos a visitas, somos responsables de explicarles los objetivos del grupo (fuera del horario del encuentro grupal). Los objetivos son las pautas que aquí se detallan; éstas contribuyen al propósito de reunirnos como hermanos en el nombre de Jesús para disfrutar de nuestra relación con Él (Mateo 18.19-20). Este propósito se realiza por medio de los objetivos expresados en las cinco “E”: exaltar a Dios, edificarnos unos a otros, evangelizar, entrenarnos y expandir el liderazgo espiritual.

8. Evangelizamos fuera del encuentro grupal. El integrante del grupo que trae a una visita es responsable de estudiar la Biblia con esa persona en otro horario para explicarle el mensaje de salvación o encontrar a otro hermano que lo pueda hacer. El cuarto módulo de entrenamiento, “Mi compromiso con la evangelización” imparte ideas para compartir las buenas noticias con las visitas. Es conveniente que el seguimiento con las visitas lo hagan hermanos del mismo sexo.

9. Lenguaje. Busquemos la manera de edificarnos mutuamente con nuestras palabras, hablando la verdad con amor tanto dentro como fuera de los encuentros grupales. No caigamos en quejas, murmuraciones, malas palabras o chisme. Seamos llenos del Espíritu Santo para evidenciar su fruto; no le causemos tristeza por las cosas que decimos (Gálatas 5.22-23; Efesios 4.15, 29; 5.17-19).

10. Concentrémonos en los presentes para el encuentro grupal. No se habla de personas que no estén o que sean ajenos al grupo. Esforcémonos por ser honestos ante Dios, llevando nuestros propios problemas o bendiciones ante Él en la compañía de nuestros hermanos.

11. Horarios. Respetemos el horario de llegada y cierre del grupo, no solamente por la comodidad de la familia anfitriona sino también para la organización de todos los integrantes.

12. El papel del varón y la mujer. El liderazgo ha decidido que para seguir la meta de la unidad bajo las enseñanzas bíblicas (1 Timoteo 2.8-15), serán los varones quienes coordinan grupos hogareños mixtos, es decir, los que están compuestos de hombres y mujeres. Un matrimonio puede coordinar un grupo (como el ejemplo de Aquila y Priscila en Hechos 18.26) con el varón tomando la iniciativa en la enseñanza, las oraciones y el canto. Por otra parte, se anima a las hermanas a prepararse para coordinar grupos de damas y, junto con todos los hermanos de ambos sexos, a entrenarse bien en la dinámica de los pequeños grupos, puesto que sin miembros entrenados en una capacidad de apoyo para los grupos, éstos no podrán funcionar.

13. En cuanto a la oración en grupos mixtos, al realizar oraciones en ronda, iniciadas por varones, la participación en voz alta o no de las hermanas, depende de la decisión de los coordinadores de cada grupo, quienes deben tener en cuenta a los integrantes y visitas presentes. Ante cualquier duda, es mejor dividir la reunión en un subgrupo de varones y otro de damas para orar, o, pedir que uno o más de los varones dirijan las oraciones. También es aconsejable seguir esta pauta si llegara a faltar el coordinador del grupo a la reunión.

15. El canto en los grupos hogareños es a capella sin el acompañamiento de instrumentos musicales.

El liderazgo de la congregación está encargado de la coordinación y dirección de los grupos hogareños, en caso de querer plantear alguna duda acerca de estas pautas. En lo posible, los líderes visitarán a los grupos de vez en cuando para saludar a los hermanos y orar por las necesidades

Puede encontrar mas información en este enlace.

 

Más artículos...